Te presentamos los hechos y su razón. Por qué se realizaron estas cosas.

JÓVENES SIN FRONTERAS

Con este nombre salimos a escena el año 1971. Nadie se apellidaba entonces «sin fronteras«. Consulta emerotecas. Fuimos osados.

Comenzamos en Zamora.¿La razón? Allí dos religiosas venían siendo compañeras de camino de muchos jóvenes. Juntos vieron en el nuevo proyecto un instrumento válido. Entonces el proyecto no tenía nombre. Se lo dieron los jóvenes de Zamora desde los grupos, que ya estaban funcionando.

Las ideas fundacionales eran sencillas.

Si soy cristiano, si entiendo a Jesús, soy para los demás. Un cristiano no puede encerrarse. Las primeras fronteras que hay que quitar no están fuera, sino en cada uno. El cristiano sale a la calle, da la cara, anuncia a Jesús.

Si soy cristiano, vivo mi fe en comunidad. No puedo andar por libre. Tuvimos un lema, que chocó mucho. Dijimos que los Jóvenes sin fronteras eran «jóvenes para la comunidad«. Entendíamos, y seguimos entendiendo, que la comunidad la encontramos en nuestra diócesis, en nuestra parroquia.

Puede resultar extraño, pero en esa definición de «ser para la comunidad» estaba la raíz de una actividad impresionante, que ha sido característica nuestra siempre, y que comenzó apenas se alzó el telón.

Si soy cristiano, vivo bajo la acción del Espíritu, y soy creativo. La creatividad la hemos entendido como respuesta positiva a los problemas, como búsqueda de compromiso, como empeño por encontrar soluciones.

La noticia corrió como pólvora. En pocos meses a Zamora siguieron Granada, Burgos, Ávila, Segovia, Alicante, Lugo y muchas otras diócesis. En seguida aparecieron los encuentros, se intercambiaron las iniciativas.

Había una razón. En Jóvenes sin fronteras siempre hemos creído que el joven tiene un papel dinamizador dentro de la comunidad. Le definimos como eslabón entre los mayores y los niños.

Su tarea en la comunidad hoy es seguir abriendo caminos. En ellos comenzó la aventura llamada Cristianos Sin Fronteras. Sin ellos nuestras comunidades no encontrarán la nueva andadura de la nueva acción misionera.

Seguimos confiando y apostando por vosotros, jóvenes.

MISIONEROS MUNDO NUEVO

Así se llama la primera rama que brotó en el tronco de Jóvenes sin fronteras. Es que, siempre que un joven levanta una bandera, los niños se alistan los primeros. El niño mira al joven; es su meta inmediata.

Fuimos reacios a trabajar con niños, para no dar pie a que alguien dijera que eran cosas de niños. Pero insistieron mucho – ¡sobre todo desde que estábamos ya en Madrid! y casi nos obligaron a hacer algo para ellos.

Un equipo de trabajo inició un diálogo, tan largo como amplio era el grupo integrado por educadores, padres de familia, directores espirituales de colegios, sacerdotes. Un año de reuniones, y cuando ya estaba el proyecto, los adultos del equipo no fueron capaces de darle un nombre. Se lo darían los mismos niños en el encuentro de lanzamiento.

Visita las actividades características de esta rama. (Verano Mundo Nuevo, Sembradores de estrellas, Tren misionero, Misioneros del Tercer milenio). Por los frutos conocerás el árbol.

Su tarea, sembrar sonrisas en la familia, en la comunidad. Hacer que su presencia se note por la alegría, en especial por la alegría que nace en toda vida entendida como servicio.

FUTURO SIN FRONTERAS

Arranca de la experiencia de un encuentro. Cuando entres en los Encuentros Misioneros Silos, lo entenderás mejor.

Los Encuentros Silos eran para jóvenes. Pero ¿dónde empieza y acaba la juventud? Al encuentro venían también adolescentes, que no se encontraban a gusto con el ritmo exigente del encuentro. Decidimos hacer algo más propio de esas edades. Y nació «Operación Futuro«.

Tuvo su debut en una marcha misionera. Y desde entonces ha marcado caminos de futuro para jóvenes y adolescentes.

Su tarea, llenar de ilusión esa etapa de la vida. Hacer visible que el joven cristiano sabe ponerse en camino para crear un futuro de servicio. ¡Y hacerlo con alegría! Preparar su futuro sin poner fronteras.

FAMISIÓN

Si descompones este nombre, haciendo que la sílaba «MI» sea visagra, entiendes lo que hay dentro. Se compone de dos palabras: FAMI-lia y MISIÓN. Es una forma de proclamar que creemos en la familia; que apostamos por una familia con un papel nuevo en la nueva misión que se nos abre en este momento de la historia.

Cuando decimos familia, decimos eso, familia. No decimos sólo padres. Pensamos en todos juntos, los padres, los hijos y hermanos, con los abuelos, abiertos a esa familia ampliada, que forman los yernos y las nueras con los nietos o sobrinos.

Es la rama que más futuro tiene en el árbol de Cristianos Sin Fronteras. A poco que lo pienses, te convencerás.

Su tarea, ayudar a preparar el nuevo papel de la familia cristiana a la hora de poner en marcha la nueva acción misionera. La familia tiene que asumir una función propia e inaplazable.

SANIDAD Y MISIONES

En esta asociación, que es Cristianos Sin Fronteras, pensamos que cada cristiano debe acudir a la cita de la misión como es; que a la hora de ofrecer trabajo misionero, éste debe estar pensado para ser realizado por aquel hombre y aquella mujer desde su realidad profesional. Así nació la rama sin fronteras para los hombres y mujeres del campo sanitario.

Su tarea es hermosa: animar la misión en este campo tan misionero. Porque la salud es el ámbito que el mismo Jesús unió con la misión. Siempre que él nos dio un mandato misionero, aparecía la orden «curad enfermos«.

¿DE QUÉ MISIÓN HABLAMOS?

Antes de terminar esta presentación de las ramas de la asociación, pedirte que abras nuestro diccionario, y que leas la palabra misión . Sólo así comenzarás a entender Cristianos Sin Fronteras.