Cristianos sin Fronteras no hemos querido ser cauce. Intentamos solamente bombear agua, que cauces ya existen, y muchos, y la mayoría muy buenos. Nuestro proyecto es ayudar a que esos cauces tengan personas, vocaciones, y tengan ayudas económicas. Pero siempre renunciando a organizar algo nuevo. No queremos ser una ONG. Pero tampoco queremos escurrir el bulto.

Y cuando nosotros hacemos algo, y lo hacemos sobre la base de la gratuidad, si esa actividad reporta algún beneficio económico, porque somos buenos administradores, entonces ese beneficio se lo ofrecemos en forma de becas misioneras para que los misioneros de las diócesis en las que trabaja la asociación puedan ayudar a jóvenes cristianos a formarse. Pueden ser seminaristas o novicios. Pueden ser jóvenes cristianos profesionales. Pueden ser becas para formar a los líderes de las nuevas comunidades. Se lo dejamos a la sabia decisión del misionero.