del 19 al 27 de julio

Fui la única chica que iba de mi lugar de origen, había dejado a todas mis amigas para adentrarme en la curiosa aventura de Operación futuro. Al principio no sabia si me sentiría muy sola o si me costaría sentirme parte del grupo, pero fue al contrario,  todos me acogieron como si me conociesen de toda la vida y gracias a eso, esos seis días fueron como pasarlos con mi familia y amigos más cercanos. He podido conocer más a fondo a personas que veía todos los años pero no sabia nada de ellos prácticamente, también he podido conocer nuevas personas que siempre recordaré. Doy gracias por haber tenido la oportunidad de conocer a todas estas personas que han dejado una huella en mi y que han compartido momentos tan especiales e inolvidables conmigo. Puede que en el camino hubieran momentos duros y agotadores pero siempre había alguien ahí para ayudarte y preguntarte como estabas en cada momento. Una de las cosas que más me gustó fueron las oraciones tan motivadoras y tan intimas que nos preparaban todos los días. Otra de las cosas que más me gustaron fue la satisfacción de llegar todos los días al destino bien y sabiendo que lo habías conseguido. El año que viene,  sin ninguna duda repetiré y seguro que viviré experiencias inolvidables como las de este año. Mucha gente diría que Operación futuro es caminar, rezar y hacer amigos, pero es mucho más que eso, es fe, amor, superación, compañerismo, respeto, igualdad, amistad, novedad, descubrimiento, solidaridad… Pero sobre todo es Dios.