Para entender esta iniciativa necesitas entender la razón que la anima. Entre los datos de la realidad pastoral está el papel que las celebraciones de la Pascua tienen en nuestro Pueblo de Dios. No hay ninguna tradición religiosa con más arraigo en nuestro pueblo. Por eso desde el principio hemos estado en contra de las llamadas «Pascuas juveniles«. Nos pidieron muchos organizar alguna de esas «Pascuas juveniles«. Siempre nos opusimos. La razón es sencilla. Nos parecía y nos sigue pareciendo que es hacer un mal servicio a los jóvenes aislarles de la comunidad precisamente en esos días, cuando ellos tienen un papel a realizar en la comunidad con los adultos.
Desde el principio nos señalamos otra meta: Preparar a los jóvenes para que sean capaces de animar la celebración pascual en su comunidad. Para ello hicimos encuentros de un fin de semana en los que se explicaba el sentido y la liturgia del Triduo Santo, se invitaba a ofrecer formas creativas de realizarlo, y en sesiones de reflexión y de trabajo en grupos se preparaban modelos de celebración comunitaria en las parroquias. Tuvimos experiencias de animación de la Pascua en pequeñas comunidades. Este servicio siempre le hemos ofrecido a aquellos jóvenes que en sus parroquias de origen nadie les ofreciera una tarea de animación celebrativa. Conocemos pueblos que han despertado a su responsabilidad y en los que son los jóvenes quienes se responsabilizan de la Semana Santa. Y ello gracias a que hubo grupos de jóvenes que desde Cristianos Sin Fronteras se ofrecieron a iniciar.