Es fin fundacional. Existimos para eso. Nos hemos señalado como tarea animar a la comunidad eclesial en la que estamos para que entienda, acepte y actualice el cumplimiento de la misión que Jesús le dio.

La animación misionera es un servicio fundamental. Se trata de ayudar a que nuestra comunidad sea ella misma. Porque, si no acepta la misión de Jesús con todas sus consecuencias, ella no tiene razón de ser.

La animación misionera educa para que la comunidad y cada uno de los miembros sean dóciles a la inspiración del Espíritu Santo. El protagonismo en la misión de la Iglesia lo tiene el Espíritu. él va por delante.

La animación misionera perfecta es aquella que responde a una demanda interna de la misma comunidad. No es una actividad que se pueda ejercer desde fuera, de manera transitoria.

La animación misionera perfecta es la realizada por una persona que ha sido encargada mediente un ministerio eclesial para cumplir esta tarea.